La Buchaca del Reportero.
Por Manuel Cruz Bernes
Por la tarde de este día, mi celular colapsó. Todos enganchados y lamentando la terrible descortesía de no invitar al rey de España a la toma de protesta de la Seño Claudia. De qué tamaño el chisme, que el endoso al cuarto para las doce del presidente Lopez Obrador a su vecino Mr Biden de la violencia y las balaceras de Culiacán desapareció de la discusión. En un escenario así a quien podrían importarle los baches de la ciudad de Campeche? Si me lee y vive como yo en la misma ciudad aún repleta de liberales y heroicos patriotas, me dará la razón, pero nada le garantizará ni le sacará de la duda existencial de saber si los baches de su colonia o barrio son de competencia estatal o municipal.
En nuestra ciudad el desconocimiento de cómo las autoridades se han repartido la desgracia y la responsabilidad de reparar los daños que nos rebasaron hace ya largo tiempo es monumental. No conozco un plano confiable que con manzanitas y colores nos explique cuáles son los cráteres que los equipos de la Tía o BB Biby serán tapados y corregidos en tal número, qué las dos funcionarias no resistirán la tentación de una ceremonia con corte de listón y fotografía de front page. Sus equipos de difusión y propaganda han tenido que recurrir a métodos rústicos y bien elementales para dar a conocer a quien debemos los de a pie agradecer sus limitados esfuerzos.
Los de la Tía han elegido mantas que cuelgan a los camiones de volteo y aplanadoras que puedan servir luego para presumirlas en el martes del Jaguar y el portal de la gobernadora, mientras que los estrategas de BiBi Rabelo se decidieron por pósters de tamaño natural de la alcaldesa que itinerante se mueve con las cuadrillas con tal prisa que ni tiempo les da de amarrarla a las palmeras, y así obsequian la nota y los memes cuando el viento sopla ligero y las tira al suelo. Los puristas y las abuelas dirían que la foto en modo de captura no fue una buena decisión. Y es que eligieron una captura enfundada en su vestido naranja entallado que dejaba ver su amor y buenos resultados de su pasión por el gimnasio en su icónico duelo de rumba con una corista en pleno carnaval de Campeche. Aunque a la gober le gusta y también el baile se le da, habrá que agradecer que no imitaron la estrategia. Todo era más fácil, me dijo un buen amigo cuando el gobernador y el alcalde eran y venían del mismo partido. La porquería y los aplausos se repartían.
Yo extraño los tiempos en los que en donde quiera que se invirtieran recursos públicos se instalaban unos carteles con la información mínima suficiente en la que se explicaban los montos, los costos, los tiempos y el nombre de la empresa ganadora de lo que hasta no hace mucho se otorgaban en la puja de la subasta y no con la manga ancha y generosa de la asignación directa al amigo de quien autoriza el pago de las facturas. Si, eran otros tiempos. Y yo si, también ya le conté. Me estoy haciendo más viejo. Hoy sigo igual, no sé si los baches de mi barrio pertenecen al radar de la tía o de BIbi…
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